Milli mála - 01.01.2013, Page 289
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metros de largo. Se denominaba Ormr inn langi que en lengua latina
se traduce como Longus Draco o serpens, tal como informa la saga
(Ólafs saga Tryggvasonar 1957: 131).
La arquitectura naval de Escandinavia se caracterizaba por un
tipo de navío construido en tingladillo –que consiste en la construc-
ción del casco superponiendo las tablas una sobre otra y no canto
con canto– de borda baja y con los extremos muy altos y curvados,
y a veces decorados con cabezas de dragón. Los barcos tenían el ti-
món fijo en el lado de estribor de la embarcación y podían ir a vela
o a remo. Eran además de reducido calado, excepto el navío de carga,
lo que facilitó la navegación por aguas de poca profundidad e hizo
posible varar los navíos en las costas o las riberas, además de permi-
tir su transporte por tierra si era necesario. El navío nórdico tenía un
único mástil con una vela rectangular tejida de lana y reforzada con
cuero. El sistema de aparejo de estas embarcaciones era sencillo; los
cabos y cables eran de cuero y servían para manejar la vela y las
vergas (Crumlin-Pedersen 2003; Larsen 2004; Ridel 2009; Falk
1912; Casado Soto 1975; Morales Romero 2004; Vinner 2002;
Brøgger y Shetelig 1950).
Según Alberdi Lonbide y Aragón Ruano (1998), que indican la
similitud formal entre los navíos nórdicos del siglo XI y de las naves
de Cantábrico del siglo XIII, “la transmisión de las técnicas de cons-
trucción naval de los pueblos nórdicos a los habitantes del cantábri-
co se produjo durante los siglos XI–XII”. Los citados estudiosos
piensan que semejante transmisión habrá tenido lugar a través de
“contactos comerciales y sociales con comerciantes normandos que
desde las costas francesas o inglesas acudían” al litoral cantábrico
(15; véase también Casado Soto 1975; Rivera Medina 1998;
Erkoreka 2006). Habrá que tener en cuenta que, tal como indica
Otaola Olano, los préstamos léxicos “son innovaciones que la socie-
dad toma de otras lenguas para designar objetos y acciones que ha
incorporado a su vida y a su modo de pensar” (2004: 77).
El presente artículo aborda en concreto la presencia en la lengua
española de los nombres de cinco cabos del aparejo de la embarca-
ción: ostaga, bolina, escota y rizo, cabos antiguamente utilizados para
maniobrar la vela. Así, una vez izada ésta con un cabo que se ha
venido a llamar ostaga, se la orientaba debidamente. Para abrir la
ERLA ERLENDSDÓTTIR