Milli mála - 2017, Side 80
LA CONSTRUCCIÓN DISCURSIVA DEL DIÁLOGO DESDE LA PERSPECTIVA DIALÉCTICA
EN LA TRASTIENDA DE LOS OJOS DE CARMEN MARTÍN GAITE
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los balcones, y desde la calle se veían las borlas rojas de una cortina y unos
muebles oscuros, retratos, un quinqué encendido. (p. 301)
Con todos estos datos sobre el contexto político y social, es decir,
sabiendo que la historia hace referencia a la sociedad burguesa de
una ciudad de provincias al final de la posguerra española, durante
la primera etapa del franquismo, podemos empezar a identificar los
distintos discursos dominantes de cultura referidos al diálogo en el
cuento. La importancia otorgada a los valores de la comunidad y
las buenas costumbres, concede a los discursos de integración y de
expresión un lugar central, dejando en los márgenes del discurso
los de autonomía y privacidad. Estos discursos dominantes están
a menudo influenciados por la religión católica y afectados por la
restricción de libertades del régimen franquista. El diálogo es visto
como una forma de conectar con los demás, de uniformar los pen-
samientos y las ideas sobre la manera de vivir de cada persona. Una
de las formas de uniformar el pensamiento es a través del discurso
romántico de la época, un discurso basado en la importancia del
matrimonio sobre el amor, en la prioridad de casarse con alguien de
igual o mejor condición social en el caso de la mujer, o de buscar a la
persona que agrade a la familia, en el caso del hombre. Así lo recoge
Martín Gaite en su afamado ensayo Usos amorosos de la posguerra espa-
ñola (Martín Gaite, 1979):
Los noviazgos de posguerra se habían convertido en un negocio doméstico,
en el que había que contar con el visto bueno de las respectivas familias.
Las dignas y suspicaces madres exigían garantías de porvenir a sus futuros
yernos y soñaban para sus hijas un ascenso en la escala social. Para sus hijos
varones, a los que nunca tenían prisa por ver casados, deseaban simplemen-
te una mujer que no los echara a perder y que se pareciera lo más posible
a ellas mismas. El ideal de muchas era el de mantenerlos el mayor tiempo
posible bajo su ala protectora, sumidos en el ámbito reconfortante de las
buenas costumbres. (p. 113)
Dos tipos de voces enunciadoras están incluidos en el análisis de este
cuento: la del narrador, y las de los personajes. El lector es conocido
como miembro de un grupo social —un grupo abstracto de lecto-