Milli mála - 05.07.2016, Blaðsíða 81
MIGUEL CARRERA GARRIDO Y KEN BENSON
Milli mála 7/2015
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época del autor, que es un conocimiento”. Tal es el prota-
gonismo que adquiere esta orientación pedagógica que, en
ocasiones, ni siquiera se emite un relato, sino que todo el
programa gira en torno a consideraciones sobre un autor,
un título o un motivo. Estas, por cierto, no se limitan a cues-
tiones objetivas, sino que también comportan extremos co-
mo las reacciones afectivas ante el terror ficticio, los arque-
tipos del género o los componentes ideales de un cuento de
miedo; juicios, todos ellos, que implícitamente dan forma a
una noción y un canon de la ficción fantástica y terrorífica.
El último factor determinante de la popularidad del es-
pacio tiene que ver con la condición de los relatos emitidos
y la enorme versatilidad del formato. En su primera tempo-
rada –entre el año 1997 y 1998–, el programa se limita a
versionar títulos clave de la tradición, como Otra vuelta de
tuerca, El hombre invisible o Carmilla. La partición de estos
en varias entregas se combina con relatos breves, emitidos
en un solo programa y también debidos a vacas sagradas
del santoral terrorífico, con una clara preferencia por el siglo
XIX y por autores anglosajones. Con el tiempo, empero, la
propuesta se abrirá a creaciones autóctonas, y también del
propio director, entre ellas la citada El juego de los niños
(que ya fuera adaptada en Sobrenatural, en 1995) y la góti-
ca Los misterios del castillo, publicada por entregas en 1971.
En la segunda temporada, por otro lado, se alienta a los
oyentes a enviar sus propios escritos, llamamiento que a
partir de entonces se convertirá en una costumbre. De este
modo, se logra la integración total del oyente, que pasa a
pertenecer a lo que será el “Club Historias”, en claro home-
naje al “Club Miedo” que ya citamos supra.
La riqueza formal y temática no acaba aquí; muchos
otros detalles aumentan el atractivo de la propuesta. Entre
ellos, destacan la inclusión de cuentos infantiles en fechas
navideñas –Blancanieves, La Bella y la Bestia–, la paulatina
apertura a géneros colindantes con el terror –sobre todo la
ciencia ficción–, la celebración de grabaciones públicas en
cada aniversario, la composición de un CD con la música