Milli mála - 05.07.2016, Page 90
SUSANA SILVIA FERNÁNDEZ
Milli mála 7/2015
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claramente la importancia del elemento cultural en su perfil. A su
vez, la postura adoptada por el Ministerio de Educación Danés está
en concordancia con las tendencias generalizadas hoy en día en el
campo de la enseñanza de lenguas extranjeras acerca de la necesi-
dad de alejarse de un modelo de aprendizaje de la lengua mayor-
mente gramatical para abarcar otros aspectos de la comunicación
que, insoslayablemente, implican poner atención a la cultura relacio-
nada con la lengua en cuestión, al igual que al juego que se produ-
ce en el encuentro intercultural entre esa cultura extranjera y la pro-
pia cultura.
Sin embargo, a pesar de que a simple vista resulta evidente que
el componente (inter)cultural debe ocupar un lugar destacado en
cualquier clase de lengua, la realidad es otra y más compleja. En
primer lugar, los conceptos mismos de “cultura” y “competencia in-
tercultural” presentan una gran complejidad en cuanto a definición y
alcance, y pueden interpretarse de maneras bastante disímiles por
parte de distintos profesores, o incluso instituciones. En segundo lu-
gar, una lengua de nivel inicial, como lo es el español en la escuela
media danesa, plantea al profesor una serie de restricciones en cuan-
to a la inclusión del componente cultural en la clase, no solo por los
escasos recursos lingüísticos de que disponen los alumnos sino tam-
bién por la necesidad de trabajar con los aspectos básicos de la len-
gua, tarea que en muchos casos ocupa la mayor parte del tiempo
que los profesores tienen a su disposición. Este hecho se ve (o se
puede ver) reforzado a causa de la escasa atención prestada a los
conocimientos culturales y a la competencia intercultural en los obje-
tivos del examen de español con que finaliza la escuela media ofi-
cial.
Por último, otro factor que puede complicar y obstaculizar la
atención al aspecto intercultural es la falta de capacitación del do-
cente para tal fin. En el caso del docente no nativo, la dificultad
puede radicar en la necesidad de abarcar conocimientos culturales
de una gran cantidad de sociedades de habla hispana, con las cua-
les quizá solamente haya tenido un contacto puramente académico.
Peligros inminentes son aquí la caída en simplificaciones, estereoti-
pos y una visión etnocéntrica de la cultural meta. En el caso del do-
cente nativo, es decir aquel que enseña su lengua materna, la dificul-